martes, 27 de noviembre de 2012

Tú has heredado su dón.

No puedo evitar llorar, porque sé que tu lloras, y tu eres de esas personas que pueden conmigo, que necesito ver bien.
Es duro, muy duro, o al menos para mí, que para saber lo que es la vida, tengas que vivir mil de estas.
Y yo soy de los que cree que habrá algo más, de los que "después hay algo", y que tu abuelo, igual que mi tío Hilario, tendrán su edén donde todo aquello que eran capaces de imaginar, y para lo que este mundo se les quedaba pequeño, es realizable.
De eso no me queda duda, pero lo que más me importa eres tú.
Teresa, tu bien sabes lo que significa la escritura para mí, y si me conoces un poco, sabes que no escribo a cualquiera.
Hoy te escribo aquí, en eso tan importante para mí.
Mucho he cambiado desde que me conoces, mucho, y sabes que ya no soy el que se preocupaba de todos y por todo. Ahora solo quiero estar con los míos, por los que rezo, y por los que sé, que a su forma rezan por mí. Estoy muy cerrado a conocer gente que me pueda defraudar, mi confianza ahora es mucho más difícil de ganar, y mi respeto, solo es alcanzable con el tiempo.
Por esos, daré todo lo que tengo, lo he dado, y lo doy, por esos soy capaz de irme China andando descalzo.
Por ti, doy eso y más.
Cuando digo que te quiero, lo hago con el corazón en el puño. Te quiero mucho, como a pocos, y espero
poder seguir a tu lado todo lo que pueda.
Hoy escribo por ti,  por Juan Carlos Calderón, él que seguro que está todo lo orgulloso que puede estar de su nieta.
Te quiero Teresa.


"El tiempo pasa, ¿y que nos queda?,
¿el día a día, pensar en mañana?,
 estoy aquí, es mi condena,
de madrugada, en la ventana,

conmigo mismo,
charlando un rato con mis penas,
un dia más, un dia menós,
pero eso hoy da igual.

Unos marchan,  tu te quedas,
y yo no sé del resto,
¡que no me importan!
pero yo, yo te necesito Teresa"


                                             David, madrugada del lunes 26 de noviembre,2012